¿Qué afecta al cultivo de café?

Existe una zona en nuestro planeta cercana al ecuador y limitada por los trópicos de Cáncer y Capricornio que es conocida como Bean Belt (el cinturón del frijol) debido a que reúne las condiciones climáticas más adecuadas para el cultivo del cafeto. En esta área se encuentran, como ya has podido imaginar, los principales países exportadores de café: Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia, Etiopía, India, México… Pero, aunque parezca que estos países lo tienen todo a su favor para la producción de café, el calentamiento global podría cambiarlo todo… ¿Cómo? ¡Hablemos de ello!

Temperaturas, precipitaciones y el cafeto

Las emisiones de dióxido de carbono están aumentando la temperatura media de la Tierra y están alterando las precipitaciones de todo el planeta. Precisamente, la temperatura y la humedad son dos variables muy importantes para el cultivo del cafeto, por lo que el arbusto está sufriendo ya las consecuencias de estas modificaciones climáticas.
Si estás preguntándote qué consecuencias tiene esta alteración de las temperaturas y las precipitaciones sobre la producción del café, lamentablemente tenemos que decirte que son unas cuantas:

  • Empeoramiento de la calidad: Al aumentar la temperatura media de los países situados en el Bean Belt, el grano de café madura antes y esto interfiere en su calidad. Los expertos coinciden en que se dan granos más grandes pero que dan un café de peor sabor.
  • Propagación de enfermedades: La escasez de agua y la subida de las temperaturas crean un ambiente muy propicio para la propagación de enfermedades y plagas que afectan al cultivo del cafeto: la roya, el minador de la hoja, etcétera. Controlar su extensión exigirá más recursos y un mayor tiempo de dedicación al agricultor, por lo que lo más probable es que el precio del café se encarezca.
  • Menos producción: El cambio climático, por supuesto, también influirá en el rendimiento agrícola. Un calor inesperado o precipitaciones fuera de lo común podrían afectar a fases cruciales del desarrollo del cafeto como son la floración o la maduración de su fruto. Teniendo en cuenta que debido al calentamiento global serán cada vez menos las zonas aptas para el cultivo de café, la producción terminará concentrándose en unos territorios determinados y cualquier fluctuación o alteración climática drástica que sufran (tormentas, ciclones, huracanes) hará que dicha producción se reduzca. Esto, sin duda, tendría repercusión en el consumo de café a nivel mundial.

¿Te habías parado alguna vez a pensar en que el calentamiento global puede poner en riesgo en un futuro hasta esa primera tacita de café que disfrutamos nada más despertarnos?
Muchas personas no dan importancia al cambio climático al no considerarlo un problema que les afecte de manera inmediata, pero coffee lovers y caficultores debemos actuar ya, produciendo y consumiendo de una manera responsable. El asunto es muy serio: algunos expertos pronostican que a finales del siglo XXI la temperatura media de la superficie terrestre subirá entre 3 y 5 grados centígrados.

Las especies del cafeto y el cambio climático

Debido a la predicción anterior son muchos los caficultores y expertos que analizan de qué manera está perjudicando el calentamiento global a las dos principales especies de cafeto ( arábica y robusta) y que incluso se replantean su método de cultivo en un futuro no muy lejano.
Estas son las necesidades específicas de cada especie y así puede perjudicarles el cambio climático:

  • Arábica: La planta Coffea arabica es original de Etiopía. Además de en este país se da muy bien en lugares como Colombia, Guatemala o Kenia.
    Crece en zonas con una altitud de entre 800 y 2000 metros y con una temperatura que oscila entre los 15 y los 24 grados centígrados. En cuanto a las precipitaciones, para su correcto desarrollo necesita entre 1500 y 2000 milímetros de agua por año.
    Si la temperatura media de la Tierra se incrementa en torno a 3 grados centígrados a finales del siglo XXI, esta especie dejará de darse en las zonas más bajas (con más calor). La irrigación o riego serviría para mantener el cultivo de café ante la ausencia de precipitaciones, pero estaríamos hablando de una producción menos sostenible que no encaja demasiado con las ( exigencias del consumidor actual .
  • Robusta: La especie Coffea robusta es original de las tierras bajas del África ecuatorial, concretamente de la región de El Congo. Crece en zonas muy lluviosas (2000 milímetros de agua por año), con precipitaciones bien distribuidas durante todas las estaciones. De ser necesario, para solucionar la falta de humedad en este lugar podría recurrirse asimismo a la irrigación. El mayor problema para la producción de esta especie es que necesita una temperatura constante que vaya desde los 22 hasta los 26 grados centígrados. No tolera temperaturas demasiado altas ni demasiado bajas, por lo que una variación muy acusada perjudicaría el desarrollo y la maduración del cafeto.

Como comentábamos en un párrafo anterior, todo nos lleva a pensar que cada vez serán menos los territorios que reúnan las condiciones climáticas necesarias para el cultivo de estas especies de café. En la actualidad, caficultores de países como Brasil, Vietnam, México, Guatemala, Honduras, Nicaragua o El Salvador ya han experimentado una reducción de su producción debido a las consecuencias del calentamiento global:

  • Vietnam ha alertado de que su producción anual de café está cayendo. En 2017 disminuyó un 20% con respecto al año anterior.
  • Nicaragua podría perder una gran parte de sus fincas cafetaleras en unos 30 años.
  • Se espera que El Salvador haya perdido en torno al 35% de su área de cultivo en el año 2050.

Los países del Bean Belt se enfrentan a un complicado desafío. Los estudiosos más pesimistas dicen que el cultivo de café, en 30 o 40 años, podría reducirse en un 50%.

¿Podemos hacer algo?

¡Sí, claro que sí! ¿Estás dispuesto a ello, verdad? 😉
El cambio climático es una amenaza global que hace peligrar nuestra fauna, nuestra flora y la vida en sociedad tal y como la conocemos. Tomando conciencia y cambiando algunas de nuestras rutinas lograremos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para paliar o ralentizar las consecuencias del calentamiento global.
El sector cafetero debería implicarse al completo: desde los agricultores (en su modo de producir), los exportadores, las empresas dedicadas al tueste del grano, los baristas, los consumidores… Debemos procurar disfrutar del café de forma sostenible: sin derrochar agua para su cultivo, reduciendo el uso energético en la cadena de producción, reduciendo desechos, reciclando (vasos de cartón, cápsulas de café), cambiando la pajita de plástico por una reutilizable para beber nuestros smoothies de café
¿Estás dispuesto a cuidar de nuestro planeta? Velarás por su biodiversidad y también por el cultivo de café. Algunos estudios insisten en que el cafeto arábigo podría incluso convertirse en una especie en peligro de extinción. En Mocay nos negamos a que eso ocurra: ¡a cambiar hábitos poco a poco y a mejorar!

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