El café es, después del agua, la bebida más consumida del mundo. Pero, a diferencia del agua, cuando hablamos de café no hablamos de la misma cosa en todas partes. No solo porque existen muchas especies de café distintas, con sus variedades diferenciadas cada una de ellas, sino también porque existe una infinidad de maneras de consumir el café. ¿Cómo consumen el café nuestros vecinos? ¿Y cómo debemos pedir un café si viajamos esos países?
España
Antes de ver qué es lo que hacen nuestros vecinos, lo suyo es empezar por nuestra propia casa para poder establecer comparaciones. En nuestro país se consume principalmente una mezcla de robusta y arábica, que es la más habitual en hostelería. Aunque somos grandes consumidores de café, nuestro volumen de consumo anual per cápita, de 4,5 kg, nos sitúa muy lejos de la cabeza de la lista a nivel mundial, copada por los países nórdicos (Finlandia consume entre 11,5 y 12,5 kg dependiendo del año y el estudio). El desayuno y la sobremesa de la comida son los momentos más cafeteros en España, seguidos del café de media mañana. Y en cuanto a la forma de tomarlo, somos de ideas fijas; tres recetas dominan por completo: solo, cortado y con leche, siendo esta última la forma más consumida.
España tiene, además, otra particularidad: el café torrefacto, que, aunque está en franco declive, fue muy consumido durante décadas. El Torrefacto es una forma de tueste que consiste en la adición de azúcar y que fue patentada en España en 1901 por el empresario cafetero español José Gómez Tejedor. El café torrefacto no traspasó nuestra frontera pirenaica, pero sí la portuguesa. También saltó al otro lado del océano, donde fue ampliamente adoptado por nuestros vecinos latinoamericanos.
Francia
Con un consumo per cápita de 5,4 kg nuestros vecinos nos aventajan en la lista de grandes consumidores. Los cafés, que es como se llama allí a las cafeterías, forman parte de la identidad nacional francesa; tanto que son el lugar donde más café se consume, por delante del propio domicilio. En Francia, la media mañana es el momento de consumo por excelencia
En cuanto a la forma de tomarlo, es bastante parecida a la nuestra: ellos piden petit noir (solo), noisette (cortado) y café au lait (con leche). Pero, además, tienen una receta propia muy muy popular, el café crème, que consiste en un espresso al que se le añaden leche y chantilly a partes iguales.
Portugal
El 80% de los portugueses toman café diariamente, y lo hace profusamente: unas 2,5 tazas de media. Eso arroja un consumo per cápita anual de 4,1 kg, ligeramente por detrás de España. En Portugal, igual que en Francia, lo más habitual es tomarlo fuera de casa; en eso están muy por encima de la media europea. Portugal tiene fama de tener cafés de gran calidad debido a su relación con algunas antiguas colonias que son grandes productoras, sobre todo Brasil. También tienen una gran tradición de tostado. Sin embargo, como ya hemos dicho antes, en Portugal también se consume el café torrefacto; no tanto como antiguamente, tal vez, pero aún bastante.
En cuanto a las recetas, volvemos a encontrar el trío clásico, solo que con muchísimas variedades. Al solo tipo espresso lo llaman curto, pero si lo queremos algo más suave, pediremos un cheio, que lleva algo más de agua. Y si lo que queremos es un espresso largo, pediremos un abatanado.
Si nos decantamos por el cortado, pediremos un pingado. Pero ojo, porque el pingado tiene apenas dos gotas de leche. Si lo queremos más parecido a nuestro cortado, pediremos un garoto.
Y si nos vamos a café con leche, podemos pedir un meia de leite, que es un café con leche pequeño, o bien un Galão, que es como un café con leche para desayunar, solo que allí lo sirven, generalmente, en vaso de cristal.
Marruecos
Aunque el café, o qahwa no alcanza en Marruecos en status del té, su consumo tiene un peso muy importante. De hecho, Marruecos es el tercer mayor consumidor de café de todo África. Allí se toma café en cualquier momento del día, pero especialmente después de las comidas. Es, también un elemento asociado a la hospitalidad, por lo que, si llegas como invitado a una casa marroquí, es muy probable que te sirvan café o té. Lo harán, seguramente, en pequeñas tazas conocidas como tchichas, y acompañado de dulces típicos como los gazelles o los chebakia.
En cuanto a cómo se toma el café, podríamos escoger entre consumirlo al estilo europeo en cualquier establecimiento (es decir, usando un espresso de máquina como base); o bien irnos a lo tradicional y consumirlo al estilo árabe. El café árabe se prepara en un recipiente llamado birqui en el que se juntan todos los ingredientes y se hierven juntos. Esos ingredientes pueden ser café, agua y azúcar (muchísimo azúcar; tanto como café, en algunos casos), o incluir además especias como el azafrán, el cardamomo, el clavo o la canela, lo que da lugar a una bebida especiada y muy sabrosa.
